Después de la crisis sanitaria, económica y social, en la que aumentó la presencia del ejército y el control social en nuestra vida cotidiana, nos encontramos con un conflicto bélico que está normalizando la resolución de conflictos de manera violenta y la guerra y el militarismo como las únicas herramientas de seguridad humana. La propuesta del estado es aumentar y priorizar en sus presupuestos los gastos militares y de control social, olvidando la necesidad de construir una política centrada en la vida.
Como cada año, llega el momento de pagar nuestros impuestos y llega el momento de poder denunciar estas prioridades. Denunciar que la guerra empieza aquí.
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